Menstruación sostenible: ¡Copa, compresa y braguita menstrual!
Olivia, la mejor amiga de Mariola, ya le había avisado de que no iba a ser tarea fácil eso de probar la menstruación sostenible sin antes echar un vistazo a algún que otro forum femenino. Cuando realizaron sus primeras búsquedas del tipo "copa menstrual" o "compresas de tela" quedaron sorprendidas al descubrir que apenas conocían lo que era la menstruación consciente o de qué trataba la salud femenina, mucho menos de cómo conocer su ciclo menstrual. Sabían lo que era la copa menstrual, ¡ojo, y de oídas!
Ahora ante la evidencia, no les quedaba otra que empezar a averiguar de qué iba todo eso. Desfilaron artículos dedicados a la copa, otros a las compresas y, los que más le interesaban, los dedicados a las braguitas menstruales. Después de comparar algunas webs comerciales y opiniones de ciertas clientas muy satisfechas, decidieron que era el momento de abordar estos temas con mujeres expertas, sus madres. Ellas les hablaron de sus paños de algodón y de la forma en la que se alineaban los ciclos menstruales de las mujeres con las que pasaban el día trabajando.
De esas conversaciones interrogatorias habían pasado ya algunos años, quizás más de una década. Durante ese tiempo muchas cosas habían cambiado, otras no tanto. La menstruación sostenible, no era ni más ni menos que una vuelta al saber hacer de antes, a una forma de vida más coherente con el bienestar femenino y la salud de la mujer. Los productos menstruales alternativos que venían a revolucionar el ciclo menstrual, serían una evolución natural de otras soluciones venidas a menos.
Olivia y Mariola quedaron convencidas de que cada mujer debía entenderlas a su manera, adaptarlas a su cotidiano y asumirlas de forma complementaria. Por eso, cuando Mariola empezó a coser sus primeras compresas sabía que unas soluciones no se entenderían sin las otras, porque somos diversas, los ciclos no se repiten y las formas de vivirla sorprenden siempre a la mirada ajena.