¿CÓMO LAVAR LAS BRAGAS MENSTRUALES Y LAS COMPRESAS DE TELA MARIOLA?

¿CÓMO LAVAR LAS BRAGAS MENSTRUALES Y LAS COMPRESAS DE TELA MARIOLA?

Mi madre me ha dicho que hay que lavar con agua caliente para desinfectar y poner en remojo en un barreno toda la noche para que salga toda la sangre, y también, añadir suavizante para que huelan bien… seguro que esto que lees lo has oído alguna vez, te lo ha contado tu madre y tu tía, una amiga entre confidencias o la vecina del quinto que siempre opina de todo. Y como son muchos los consejos al final andamos un poco perdidas y no es de extrañar que nos preguntemos pero, ¿cómo hago para lavar las braguitas menstruales y las compresas de tela? Quédate aquí porque si lo que quieres es conocer los consejos de lavado para que tus bragas menstruales duren mucho tiempo y sigan absorbiendo como el primer día vas a tener que estar al tanto de este manual de lavado básico.  


Agua caliente never, ever, ever! 

Si tienes alguna amiga enfermera seguramente te habrá puesto sobre aviso, la sangre no se lava con agua caliente, never! ever, ever! Eso de, ¡uy, he manchado las sábanas, voy a frotarlas con agua cal… ¡Alto! A menos que se trate de unas sábanas del año de la marmota con más bolillas que las camisetas interiores que heredaste de tus primos y de las que te quieres deshacer y no sabes cómo, solo en ese caso, el agua caliente puede ser la solución. Pero al margen de esta excepción, el agua caliente no eliminará las manchas de sangre de tus sábanas, ni de tus braguitas, ni de tus compresas menstruales, es más, si me apuras, tampoco de las camisetas de bolillas, y eso que seguro están curtidas por los años. ¡Todo lo contrario! El agua caliente dilatará la mancha y la fijará para que recuerdes que te equivocaste y que cometiste un fatídico error del que te culparás todos los sábados de mes cuando vayas a querer irte de cena. ¡No este finde no puedo, lo mismo dentro de dos semanas me recupero…! ¡Hala, 30 euros de bragas a la basura! Fin. 


Las bragas menstruales no son garbanzos

Esto de… “voy a dejarlo en remojo para que luego sea más fácil de limpiar”, es una buena técnica, si no fuera porque el algodón no son garbanzos y no necesitan estar bajo el agua de 12 a 18 horas de reloj. Lo cierto es que el algodón y su poder de absorción pueden fracasar estrepitosamente si te dedicas a dejar tus braguitas en remojo y te acuerdas de ellas tres días después cuando el móvil se te quedó sin wifi y te aburres soberanamente en casa. Si sabes que las olvidarás, mejor no lo hagas. Tampoco es cuestión de ponerte delante del barreño a contar los minutos como cuando de pequeña tenías hacerlo mientras te cepillabas los dientes. Recuerda que los extremos nunca son buenos. Aquí, tampoco. 


Al osito mimosín se le acabaron los mimos

Desde que existen las plataformas de series y pelis ya no se ven anuncios como los de antes, ni ositos como los de mimosín. Pero además de la evolución de la publicidad en la tele también hay toda una corriente ecológica-vegana que vetaría al pobre oso de todos los formatos publicitarios. Con todo esto, los suavizantes han pasado a estar demodé, fuera de onda, trasnochados y pretérito remoto. ¡Menos en los hoteles, oye! Las razones son varias: los residuos contaminantes que dejan en el agua, las alergias e irritaciones que provocan en algunas pieles sensibles o el extra de presupuesto que supone si lo comparas con el vinagre blanco de toda la vida. Así pues, y como las braguitas menstruales vienen a hacerse eco de una consumación más ética y sostenible, podemos pasarnos del efecto “nuevo” y “superoloroso” por esta vez. El suavizante no deja de ser un ingrediente prescindible en el lavado de tus braguitas dejándolas a salvo de posibles problemas de absorción. 


Así, con todo, entendemos que a la hora de lavar muchas intentemos escapar de todas estas ideas y consejos de abuela, vecina, amiga y primas varias y busquemos hacernos la vida un poquito más fácil y cómoda sin caer en el fallo terrible de la mancha que nos fastidiará los planes y el presupuesto del mes.

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